A VECES


A VECES


A veces anhelamos tanto ser amados
que cuando alguien nos muestra un poquito de atención
nos aferramos fuerte y sin medida
cayendo en el suplicio de un mendigo

A veces anhelamos tanto ser amados
que nos cegamos a la evidente indiferencia
por parte de la persona que tiene nuestra atención
y aún cuando la reconocemos, la negamos por miedo a perderle

A veces anhelamos tanto ser amados
que olvidamos nuestro valor interno
nos volvemos esclavos de la aceptación externa
y desconocidos de nuestro interior

A veces anhelamos tanto ser amados
que no diferenciamos el momento de continuar del de dar paso al costado,
nos cegamos con la idea de una luz en el sendero
que no tiene mas camino para nosotros

A veces anhelamos tanto ser amados
que nuestros halagos se vuelven suplicas
y nuestras canciones, llantos incesantes
que solo nos dañan más de lo que estamos

A veces anhelamos tanto ser amados
que un Hola, se vuelve la palabra más esperada de nuestro día
y cuando no llega, somos nosotros los que con mil palabras
incitamos ese Hola obligado y de mala gana

A veces anhelamos tanto ser amados
que ignoramos o nos hacemos de la vista gorda 
a nuestro pecho, que oprimido nos suplica no más,
soltar, llorar y salir corriendo cuanto antes

A veces anhelamos tanto ser amados
que intercambiamos cien solo por diez
quedándonos poco a poco sin nada que dar y aún así
con la ansiedad de encontrar algo más que dar con tal de no perder

A veces anhelamos tanto ser amados
que creemos cualquier palabra de la otra persona
tanto si viene acompañada por acciones que las contradicen
y gestos llenos de desinterés

A veces anhelamos tanto ser amados
que olvidamos lo que es realmente el amor
y aceptamos la definición equivoca de la otra persona
que a simple vista no sabe nada de eso

A veces anhelamos tanto ser amados 
que nuestros ojos se empañan totalmente
y vemos belleza y pureza 
dónde solo hay egoísmo y vanidad

A veces anhelamos tanto ser amados
que olvidamos que un corazón acelerado
no solo es sinónimo de alegría y emoción
sino también de ansiedad y dolor

A veces anhelamos tanto ser amados
que esperando ese amor de algún lado
aceptamos lo que se le parezca 
y acogemos el dolor como su igual

A veces anhelamos tanto ser amados
que cuando descubrimos las consecuencias de ello
terminamos escribiendo letras en una pantalla
mientras nuestras lagrimas mojan nuestra almohada

DIPSON PAZ IRRAZÁBAL

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